Existe una fractura. Algunos la pueden recorrer con las yemas de los dedos. Otros conviven todos los días con ella.
Atravesamos tiempos de inequidad. En los salarios, en la riqueza, en el
mercado laboral, en la educación, en el hogar; en la existencia. Una
desigualdad que hiende dos generaciones. Los jóvenes frente a los
mayores. Diríase que el pacto generacional, que durante décadas conectó a
ambos grupos, está entretejido hoy por hilos de seda. Los jóvenes, y
sus bajos salarios, están haciendo un esfuerzo inmenso por sostener a
8,7 millones de pensionistas que cobran 9,6 millones de pensiones.
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